Una botella de aceite… pone rostro a mujeres del mundo que combaten el hambre

| Publicado por | Categorías: Entrevistas
Una madre maliense con su pequeño en brazos, una mauritana que trae agua de un pozo y una niña siria refugiada son las nuevas protagonistas de las botellas de aceite Carbonell… 
La firma tiene a la venta una edición especial en la que la emblemática mujer andaluza que ha ilustrado siempre sus etiquetas ha sido sustituida por mujeres del mundo que hacen frente al hambre cada día. Carbonell donará el 50% de los beneficios de esta edición solidaria a la ONG, que trabaja en cerca de 50 países para apoyar a las comunidades más afectadas por la desnutrición.

Las mujeres están en primera línea en el frente contra el hambre, por ello se han escogido tres mujeres que representan a miles de situaciones a lo largo y ancho del planeta. Aunque las mujeres producen el 43% de los alimentos en el mundo tienen un acceso muy limitado a la tierra, el crédito, fertilizantes y otros recursos. Se estima que con un acceso garantizado de la mujer a estos recursos se podrían reducir entre 100 y 150 millones de personas menos en inseguridad alimentaria. Hoy 815 millones de personas viven sub-alimentadas en el mundo.

La madre. Mali

Las mujeres, a menudo con cinco o seis hijos a su cargo, son las principales responsables de su alimentación y cuidado durante los primeros años de vida. Además, su propia salud nutricional impactará en el bebé no sólo durante la gestación sino también durante el periodo de lactancia que se ha demostrado fundamental para combatir la mortalidad infantil relacionada con la desnutrición. Cuidar de estas madres es la clave para cuidar de la familia entera.

La mujer del pozo. Mauritania

En muchos países como este las mujeres y las niñas son las responsables de la búsqueda diaria de agua segura, para lo que tienen que caminar hasta 5 km diarios. Construyendo más pozos y redes de agua podremos no solo reducir las enfermedades sino también conseguir que las niñas no abandonen el colegio para proveer de agua a la familia y estén mejor preparadas para el futuro. La educación de las mujeres podría contribuir en un 43% a reducir la desnutrición infantil.

La niña refugiada. Siria

Más de la mitad de los 65 millones de refugiados son niños y niñas. En el caso de Siria, muchas familias llevan ya siete años lejos de su hogar y su escuela. Las niñas y las mujeres sufren especialmente la huida, ya que a la violencia del conflicto a menudo se añade la violencia sexual.

En este momento, en el mundo hay más desplazados que nunca desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Iniciativas como esta que permitan recordar a aquellos que vivimos en países seguros y con todos los lujos del primer mundo al alcance de la mano, que hay otras realidades que afectan, sobre todo, a los más débiles y desfavorecidos, siempre serán una excelente idea. Desde luego, desearíamos que muchas empresas hicieran realidad más iniciativas de responsabilidad social como esta. 

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