El debate viene de lejos pero se ha intensificado a raíz de un nuevo macro-estudio de revisión que concluye que los alimentos orgánicos contienen hasta un 69% más compuestos antioxidantes, tiene cuatro veces menos probabilidad de contener restos químicos de plaguicidas y metales pesados tóxicos para nuestra salud.
Se entiende por alimento orgánico a todo alimento cultivado de forma natural mediante el uso de estiércol o compost y sin el empleo de productos sintéticos que potencien el crecimiento (fertilizantes) o eviten el ataque de insectos o parásitos (plaguicidas); para esto último emplean la rotación de cultivos que evitan la aparición de parásitos especialistas y el biocontrol, es decir, el uso de otras especies que impidan el crecimietno de las especies parásitas. El principal objetivo de este tipo de cultivos es el de preservar el medio ambiente, sobre todo suelo y aguas subterráneas, pero sus defensores además alegan que los productos que salen de este sistema de cultivo tienen mejor calidad u ofrecen ventajas para nuestra salud con respecto a los cultivos normales.
Con respecto a las diferencias entre los dos tipos de cultivo de vegetales, orgánico y convencional, en los últimos años cobraron relevancia dos estudios concretos revisión bibliográfica, uno en el año 2009 y otro en el 1012, que concluían que no se encontraban diferencias sustanciales de composición entre los alimentos orgánicos y los convencionales y por tanto, tampoco posibles beneficios nutricionales en los alimentos orgánicos respecto de los convencionales.
El primer trabajo, en 2009, fue el primer estudio de revisión bibliográfica fue realizado por la Agencia de Normas Alimentarias del Reino Unido (UK Food Standards Agency) a través de investigadores de la Escuela londinense de Higiene y Medicina Tropical (London School of Hygiene and Tropical Medicine). En él se concluye que no hay evidencias científicas para elegir preferentemente los alimentos orgánicos por su mejor calidad nutricional (1).
El estudio de 2012 también fue una revisión de la literatura sobre esta comparativa realizado por la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford (Stanford University School of Medicine), y la conclusión fue similar: no encontraron beneficios de la composición nutricional y tampoco en el contenido de compuestos fenólicos antioxidantes (2).
Pero el último gran estudio al respecto ha sido realizado por un equipo internacional de investigadores dirigido por la Universidad de Newcastle (Reino Unido). Se trata de una gran meta-análisis en el que se han juntado datos de 343 estudios previos en los que se comparaban las diferencias de composición entre frutas, verduras y cereales orgánicos y normales (3). Según expresan los autores del estudio, las ventajas de este último respecto de los anteriores es que, dado que es más reciente, poseen el doble de estudios sobre esta temática que se ha vuelto muy relevante en los últimos años. Además, dada esa relevancia, el dinero invertido en dichos estudios ha sido mayor y por tanto se han podido hacer análisis más complejos y completos en los últimos años.
Esta investigación no incluía la comparación de la composición nutricional entre unos alimentos u otros, aspecto que quedará pendiente para futuras publicaciones del grupo. Pero la conclusión de este gran meta-análisis es que comer vegetales orgánicos implica consumir el doble o triple de antioxidantes que con los alimentos normales (las concentraciones de polifenoles eran entre un 18 a 69% más altos en los cultivos orgánicos). Y, por otro lado, los alimentos ecológicos suponen una reducción a la mitad (48%) del consumo de cadmio que lo ingerido con los alimentos producidos en cultivos convencionales. El cadmio es uno de los tres metales pesados para los que la legislación Europea ha puesto límites de su presencia en los alimentos (los otros dos son el plomo y el mercurio) (4).
Respecto a los contaminantes procedentes los químicos tratados para fertilizar los suelos este estudio ha encontrado que los cultivos ecológicos tenían de media un 10% menos de nitrógeno, 30% menos nitratos y 87% menos nitrito. Además, éstos tenían cuatro veces menos probabilidad de tener restos de plaguicidas o fungicidas en comparación con los cultivos convencionales.
Según reseñan los autores, el siguiente paso es comprobar la relación entre el consumo humano de cada tipo de alimentos con variables de salud, bien comparando grupos de personas que consuman orgánicos con otro que no, o bien haciendo un estudio de intervención en el que se cambien las verduras de personas que no comían nada orgánico por comida de este tipo y comparar resultados al comienzo y final del estudio. Hasta la fecha, no existen estudios robustos que analicen estas posibles consecuencias.
Pero, como decía el titular, el debate está servido ya que los autores de los anteriores trabajos y algunos profesionales dedicados a este campo han expresado sus objeciones al estudio en distintos medios como en el portal Science Media Centre (5). Algunas de las acusaciones que se lanzan contra este nuevo trabajo, es que mezcla datos de buena calidad con datos de mala calidad lo cual debilita significativamente las conclusiones de los investigadore. En palabras concretas de Catherine Collins, nutricionista jefe del Hospital de St. George, el estudio compara peras con manzanas, ya que, según expresa, la mayoría de estudios cogen comida orgánica de los supermercados y la compara con comida no orgánica de ese mismo supermercado. Sin embargo, esto no tiene encuentra las diferencias de calidad en los suelos dado que las frutas son de muy diferentes orígenes (incluso extranjeros) y los métodos productos de cultivo también son diferentes.
En esta misma plataforma, el profesor Richard Mithen, director del Programa Comida y Salud del Insituto de Investigación Alimentaria (Food and Health Programme at the Institute of Food Research) y Tom Sanders, jefe de la división de Diabetes y Nutrición de la Escuela de Medicina del King’s College de Londres, expresan sus dudas respecto de las contundentes conclusiones sobre la salud pública de dicho trabajo. Según dicen, no hay buena evidencia que apoye la idea de que consumir más polifenoles tiene beneficios importantes para la salud por la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares, cáncer y otras enfermedades crónicas. De hecho, afirman que el alto contenido en polifenoles interfiere en la absorción de micronutrientes esenciales como el hierro o el zinc y que pueden incluso considerarse “antinutrientes”.
Según este investigador, las diferencias encontradas en los niveles de cadmio podrían deberse a las diferencias de composición del suelo independientemente del uso o no de fertilizantes. Según dita, hay regiones de Reino Unido donde el suelo de forma normal tiene más concentraciones de cadmio y cualquier alimento cultivado allí, aunque sea de forma orgánica, tendrá más cadmio que otro cultivado en otra zona. Alguno de los autores sugiere incluso de forma entrevelada que los resultados del trabajo se deben al interés de las industrias comercializadoras de estos productos orgánicos.
Pero, en definitiva, aunque no supusiera ninguna ventaja nutricional el consumo de orgánicos, si que suponen ventajas para el medio ambiente derivadas de un sistema de cultivo más natural y menos contaminante. Como siempre, el problema con este tipo de alimentos es que su cultivo requiere más tiempo y dinero, cosa que encarece su precio final haciéndolos poco accesibles a la mayoría de familias; esto no podrá solucionarse sin el apoyo económico de instituciones a este tipo de productos.
Referencias:
1.- Dangour AD. Nutritional quality of organic foods: a systematic review. American Journal of Clinical Nutrition, 2009; 90 (3): 680-685.
2.- Smith-Spangler C et al. Are organic food safer or healthier than conventional alternative? A systematic review. Annals of Internal Medicine, 2012; 157 (5): 348-366.
3.- Bara¨½ski et al. Higher antioxidant and lower cadmium concentrations and lower incidence of pesticide residues in organically grown crops: a systematic literature review and meta-analyses. British Journal of Nutrition, Julio de 2014. DOI:10.1017/S0007114514001366.
4.- Secretaria de Estado de Comercio, Ministerio de Economía y Competitividad. Legislación internacional de residuos de plaguicidas en productos vegetales: metales pesados. http://plaguicidas.comercio.es/MetalPesa.pdf
5.- Science Medical Centre. Expert reaction to study comparing the nutritional content of organic and conventional foods. Julio, 2014. http://www.sciencemediacentre.org/expert-reaction-to-study-comparing-the-nutritional-content-of-organic-and-conventional-foods
Noticia elaborada por Noemí López Ejeda (Asociada SEDCA) @LopezEjedaN en Twitter