¿Perdemos el dinero comprando suplementos vitamínicos?

| Publicado por | Categorías: Actualidad, Estudios científicos, Nutrición y dietética

Los científicos y médicos se han puesto de acuerdo para hacer un llamamiento a la población general para que dejen de consumir masivamente suplementos dietéticos. La evidencia científica de tres recientes publicaciones (macroestudios y revisiones) no demuestra que reporten ningún beneficio ni prevención de enfermedades crónicas. Además, el escaso control de su eficacia y seguridad ha provocado, en algunos casos,que sean perjudiciales para la salud de quien los toma.

La polémica sobre la eficacia de los suplementos vitamínicos ha saltado a la primera plana de las noticias sobre salud como consecuencia de varios artículos científicos publicados en los últimos números de la revista científica norteamericana Annals of Internal Medicine.

Los autores de estos textos citan una vasta cantidad de estudios que no sólo evidencian la ineficacia de la toma rutinaria de suplementos vitamínicos en la prevención de enfermedades o en el aumento de la longevidad sino que, en algunos casos, incluso llegan a ser dañinos para la salud del consumidor.

En esta nueva noticia de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación nos hacemos eco de esta polémica originada en EE.UU. y queremos exponeros detalladamente las evidencias que han llevado a los médicos internistas de este país a alzar las armas contra los suplementos vitamínicos.

Estudio de revisión realizado por la Preventive Services Task Force (EE.UU.)

Este consorcio estadounidense independiente (que no tiene relación con el gobierno federal) se ha dedicado, desde su nacimiento en 1984, a defender la práctica médica basada en la evidencia científica y engloba profesionales de todas las áreas sanitarias.

Acaban de publicar un trabajo (1) en el que aseguran que no existe evidencia científica suficiente que demuestre que los suplementos vitamínicos prevengan el cáncer, las enfermedades cardiovasculares ni la muerte por otras causas. Cualidades todas ellas que han sido comúnmente atribuidas a este tipo de complementos, generalmente fomentado por las propias empresas farmacéuticas que los comercializan.

Los autores de este artículo revisaron toda la bibliografía correspondiente a este tema entre los años 2005 y 2013 en los buscadores de artículos más reconocidos (MedLine, EMBASE, etc.) así como en bases de datos.

Encontraron dos grandes ensayos hechos con un tamaño muestral elevado. El primero de ellos, englobó a 27.658 varones y llegaba a la conclusión de que aquellos que tomaron multivitamínicos durante más de 10 años tenían menor riesgo de padecer cáncer. Sin embargo, esto no se comprobó en el caso de las mujeres.

Otros estudios que reunieron un total de 324.653 personas de ambos sexos no encontraron evidencia clara de beneficio o daño obteniendo incluso resultados contradictorios para distintos tipos de vitaminas y minerales (A, C, D, E, ácido fólico, selenio, calcio o β-caroteno). De hecho, este último no sólo no reducía el riesgo de cáncer o enfermedad cardiovascular sino que además aumentaba el riesgo en el caso del cáncer de pulmón en personas fumadoras.

Multivitamínicos y preservación de la función cognitiva en adultos mayores

Otro estudio muy interesante, que ha sido publicado en el mismo número de la revista, es un estudio de doble ciego en el que participaron 5.947 varones mayores de 65 años (2). Estos varones formaban parte del famoso estudio Physicians’ Health Study II, que analizar gran cantidad de aspectos sobre alimentación y salud en personal de hospitales y ambulatorios del sistema nacional de salud estadounidense. A la mitad de ellos se les administró un complejo multivitamínico (combinado de vitaminas de los grupos A, C, E, B y β–caroteno) y a los otros se les dio placebo durante un periodo total de 12 años. La finalidad era comprobar si éste extra de vitaminas de fuente no alimenticia, debido a su capacidad antioxidante, era capaz de el deterioro cognitivo asociado al proceso de envejecimiento.

A todos los participantes se les realizó una evaluación inicial de la función cognitiva y la memoria y este test se repitió a los dos, seis y 10 años de estar tomando el complemento o placebo. Sus resultados no encontraron diferencias significativas entre el grupo que tomó placebo y el que tomó el suplemento ni para la función cognitiva ni para la capacidad de memoria, por lo que desmontaron científicamente la creencia de que suplementar en vitaminas evita problemas cognitivos en la 3ª edad.

Multivitamínicos y eventos cardiovasculares

Como ya mencionábamos al comienzo parece que tomar píldoras de vitaminas y minerales no disminuye el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular. Pero, además, otro de los trabajos publicados en el Annals of Internal Medicine además ha demostrado que tampoco previene un segundo evento cardiovascular en pacientes que estaban recibiendo tratamiento por haber sufrido ya un infarto de miocardio (3).

En general, las personas que han tenido un ataque al corazón se encuentran en alto riesgo de ataques cardíacos adicionales u otros eventos vasculares como ictus que pueden causarle la muerte al paciente. Hasta la fecha no se había estudiado si las multivitaminas y minerales pueden prevenir estos segundos eventos. Para ello, participaron en el estudio 1.708 pacientes mayores de 50 años que habían padecido un infarto, al menos 6 semanas antes del comienzo del estudio. Como en el estudio anterior se les dividió en un grupo placebo y en otro que tomó un compuesto que reunía 28 principios entre vitaminas y minerales en altas dosis. Los resultados mostraron que el complejo multivitamínico y mineral no era perjudicial, pero tampoco redujo los segundos eventos cardiovasculares.

Un reciente estudio europeo

Un estudio más modesto realizado en Alemania analizó el consumo de suplementos dietéticos en 1.079 personas de ambos sexos nacidas antes del año 1943 (mayores de 65 años) (4).

De ellos, el 54,3% de las mujeres y el 33,8% de los varones tomaban suplementación de vitaminas o minerales. Los más comunes fueron el Magnesio y la vitamina D en las mujeres y el magnesio y la vitamina E en los varones. Los consumos más elevados comparados con las ingestas diarias recomendadas fueron de biotina, vitamina B6 y B1.

Consideraron como ingesta excesiva aquellos micronutrientes que fueron consumidos por encima de los niveles europeos de ingesta tolerable. Estos fueron principalmente el magnesio (20,2% de las mujeres y 32,5% de los varones) y la vitamina E (8,0% de las mujeres y el 13,6% de los varones).

Entre los resultados más relevantes encontraron que los parámetros que influyen en la toma de suplementos dietéticos lo más influyente fue el nivel de educación, el tabaquismo, el nivel de actividad física y el haber padecido alguna enfermedad neurológica o accidente cerebrovasculares.

Según los autores, la administración de suplementos de vitamina D a estas edades puede ser considerada como favorable mientras que la ingesta excesiva de vitamina E podrían ser perjudicial para la salud porque se relaciona con la descalcificación de huesos y dientes y puede causar desajuste de otros micronutrientes.

¿Está regulado el comercio de complementos vitamínicos?

Según la FDA (Food and Drug Administration) de los EE.UU., los complementos alimenticios no se reconocen como medicamento por lo que los controles de calidad, eficacia y seguridad son mucho menos estrictos. El New York Times en  una noticia de su apartado de salud (http://mobile.nytimes.com/2013/12/15/opinion/sunday/skip-the-supplements.html) este mismo mes citaba algunos ejemplos de esta problemática:

– En 2003, un complemento llamado “Ayurvedic” fue retirado de los establecimientos después de que unos investigadores encontraran que contenía un 20% de plomo, mercurio o arsénico, obviamente dañino para la salud.

– En 2008, otros dos productos fueron retirados del mercado debido a que contenían alrededor de 200 veces más selenio que lo indicado en sus etiquetas. En general, las personas que compraban estos complementos ricos en selenio era porque según se decía, “previene la aparición de cáncer”. Sin embargo estas cantidades tan elevadas provocaron en los consumidores males como pérdida del cabello, calambres musculares, diarrea, dolor en las articulaciones, fatiga y ampollas.

– Este verano en Nueva York, complementos vitamínicos fueron retirados por contenere varios tipos de esteroides anabolizantes. Algunas de las mujeres que los tomaron con asiduidad sufrieron alteraciones en su ciclo menstrual.

– En Ontario Canadá, complementos a base de hierbas fueron analizados y se comprobó que estaban hechos con hierbas completamente diferentes a las que decía la etiqueta y, en algunos casos, se encontraron también contaminantes.

Según cifras de la propia FDA se estima que cada año se producen unas 50.000 reacciones adversas a este tipo de suplementos en los EE.UU. Sin embargo esta es una información que no parece haber llegado a la población pues su venta sigue disparada.

Conclusiones de los profesionales sanitarios

En vista de la evidencia y, tal y como declara a CBS News el Dr. Edgar Miller de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins: “sería mejor que la gente se gastara el dinero en alimentos saludables  como las frutas, verduras, frutos secos, legumbres, lácteos bajos en grasa, y en hacer ejercicio”, todo ello, obviamente más saludable que tomar una pastilla.

Según declaraba esta cadena de noticias, los estadounidenses gastan más de 28 billones de dólares al año en este tipo de suplementos. Su consumo aumentó un 30% entre los años 1988 y 1994 y un 39% entre el 2003 y 2006. Recientemente parece que los únicos suplementos que han reducido las ventas son aquellos que se ha visto que su consumo habitual puede tener efectos negativos para la salud (β–caroteno y vitamina E) pero el resto ha seguido en aumento de ventas.

El planteamiento de los profesionales de la salud de medicina internista de EE.UU. ha tenido una respuesta automática del Consejo para una nutrición responsable (CNR), grupo que representa a la industria de los suplementos. Ellos han alegado que es un planteamiento de mente cerrada porque lo de comer sano y hacer ejercicio es una “fantasía” que no se corresponde con la realidad social.

¿Y en España?

En cuanto a la legislación española, el organismo regulador es la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). Es curiosa la definición que dan de complemento alimenticio, en la cual, ya se justifica su comercialización de la misma forma que lo hace el CNR americano:

“los complementos alimenticios son productos alimenticios consistentes en fuentes concentradas de nutrientes que se presentan con la finalidad de complementar la ingesta de tales nutrientes en la dieta normal, ya que aunque en circunstancias normales, una dieta adecuada y equilibrada proporciona todos los nutrientes necesarios para el normal desarrollo y mantenimiento de un organismo sano, las investigaciones realizadas demuestran que esta situación ideal no se da en la práctica para todos los nutrientes, ni para todos los grupos de población”.

Para saber más sobre la regulación de los complementos alimenticios:

http://www.aesan.msc.es/AESAN/web/rincon_consumidor/subseccion/complementos_alimenticios.html

Pero la conclusión está clara, no existe evidencia científica alguna que demuestre que tomar suplementos vitamínicos o de minerales en personas bien nutridas tenga ninguna capacidad de prevención de enfermedades crónicas, por lo tanto, no debería gastarse el dinero en ellas (salvo en casos diagnosticados de deficiencia de determinados micronutrientes).

Referencias bibliográficas:

1) Fortmann et al. Vitamin and Mineral Supplements in the Primary Prevention of Cardiovascular Disease and Cancer: An Updated Systematic Evidence Review for the U.S. Preventive Services Task Force. Ann Intern Med, 2013; 159 (12): 824-34.

2) Grodstein et al. Long-Term Multivitamin Supplementation and Cognitive Function in Men. A Randomized Trial. Ann Intern Med, 2013; 159 (12): 806-14.

3) Lamas et al. High-Dose Multivitamins and Minerals After a Heart Attack. Ann Intern Med, 2013; 159 (12): 797-804.

4) Schwab et al. The Use of Dietary Supplements among Older Persons in Southern Germany – Results from the KORA-Age Study. The Journal of Nutrition, Health and Aging, 2013.

Noticia elaborada por Noemí López-Ejeda (Asociada SEDCA) @LopezEjedaN en Twitter

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