Las mujeres que consumen frituras regularmente antes de quedarse embarazadas tienen más probabilidad de padecer diabetes gestacional

| Publicado por | Categorías: Estudios científicos, Nutrición y dietética
Las mujeres que comen a diario fritos, especialmente fuera de casa, tienen más del doble de riesgo de padecer diabetes gestacional respecto a las que lo toman menos de una vez por semana. Esto puede deberse a los oxidantes y productos de glicación avanzada resultados del reutilizado del aceite de fritura.

Como es sabido, la diabetes gestacional es una complicación que puede ocurrir durante el embarazo, debido a que las hormonas producidas actúan bloqueando la acción de la insulina. Como consecuencia, los niveles de glucosa en sangre se elevan y esto ocurre comúnmente en el último trimestre de embarazo. La diabetes gestacional aumenta el riesgo de preclampsia (hipertensión y proteinuria o exceso de proteína en la orina) y de macrosomía del feto (peso elevado al nacimiento), lo que puede complicar el parto poniendo en riesgo a la madre y al bbé. Además, la diabetes gestacional predispone a la madre y al hijoa padecer diabetes tipo 2 en el futuro y la mcarosomía fetal se ha relacionado con un mayor riesgo de obesidad y otras enfermedades metabólicas en el futuro. Otra consecuencia común de la diabetes gestacional es que el niño pueda nacer con ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos).

Se conocen varios factores que aumentan el riesgo de padecer este tipo de alteración durante el embarazo (1):

  • Tener más de 25 años al momento de la concepción.
  • Tener antecedentes de diabetes en la familia.
  • Tener hipertensión arterial.
  • Tener exceso de líquido amniótico.
  • Haber tenido un aborto espontáneo previo.
  • Tener sobrepeso u obesidad en el momento de la concepción.

Aunque es poca la literatura científica al respecto derivada de estudios epidemiológicos, algunos trabajos han demostrado que existen otros factores de riesgo relacionados con el estilo de vida de la madre, como el nivel de actividad física recreativa antes y durante el embarazo, así como aspectos de su dieta tales como un contenido elevado de grasas trans y saturadas, y de azúcares o carbohidratos refinados (por el contrario son factores protectores el consumo elevado de fibra y ácidos grasos poliinsaturados) (2).

Una nueva investigación dirigida por científicos del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano (National Institute of Child Health and Human Development, NICHD) de Rockville en el Estado de Marylad, EE.UU., ha encontrado un nuevo factor de riesgo relacionado con la alimentación: el consumo de alimentos fritos. Este tipo de alimentos, generalmente precocinados, son cada vez más abundantes en la alimentación de las sociedades occidentales y su abuso se ha relacionado directamente con la actual epidemia de obesidad y síndrome metabólico.

Tal como demostró un estudio europeo dirigido por científicos españoles, el proceso de freír provoca una disminución en el contenido de agua de los alimentos, aumenta su contenido energético, transforma el tipo de ácidos grasos (que se hidrogenan produciendo grasas trans) y hace que aumente el contenido de agentes oxidantes, sobre todo si el aceite empleado es reutilizado en varias ocasiones (3).

A pesar de esta evidencia, existen pocos estudios epidemiológicos prospectivos que examinen una asociación del consumo de alimentos fritos con resultados de salud para madre o feto durante el embarazo. Por ello, los autores decidieron examinar esta posible relación a finales de la década de los 80 y, para ello, han analizado un total de 21.079 embarazos únicos (un único feto), de mujeres entre los 25 y 44 años al comienzo del estudio en 1989(4).

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Desde entonces, las mujeres han ido rellenando un cuestionario cada 2 años respecto a información de su estilo de vida y desarrollo de enfermedades y, cada 4 años, se ha ido realizado una valoración dietética de las mujeres mediante un cuestionario de frecuencia de alimentos validado en el que se reflejaba el consumo de fritos mediante la siguientes preguntas: «¿con qué frecuencia come usted alimentos fritos fuera de casa (por ejemplo, las patatas fritas, pollo frito, pescado frito, etc)?» y «¿con qué frecuencia come usted en casa alimentos fritos?». Ambas preguntas tienen cuatro posibles respuestas de frecuencia: menos de una vez por semana, 1-3 veces por semana, 4-6 veces por semana, o diariamente. Además,  se pidió a las participantes qué indicaran que tipo de grasa empleaban para freír: mantequilla, margarina, aceite vegetal (de girasol u oliva), manteca vegetal o manteca de cerdo.

Del total de embarazos analizados producidos en 10 años de seguimiento, se registraron 847 casos de diabetes gestacional. Analizando estadísticamente los resultaos y ajustándolos por factores de edad, paridad y otros factores dietéticos, los autores encontraron que, comparado con las madres que consumían fritos antes del embarazo menos de una vez por semana, el resto tenían aumentado el riesgo de padecer diabetes gestacional:

  • Mujeres que consumían fritos entre 1 y 3 veces a la semana tenían 1.13 veces más riesgo.
  • Mujeres que consumían fritos entre 4 y 6 veces a la semana, tenían 1.31 veces más riesgo.
  • Mujeres que consumían fritos 7 o más veces a la semana, tenían 2.18 veces más riesgo (más del doble de riesgo).

Repitiendo esos análisis ajustándolos para el IMC, los riesgos también fueron patentes (1.06, 1.14 y 1.88 respectivamente) llegando a ser un 88% más peligroso para padecer diabetes gestacional comer fritos diariamente respecto a comerlos menos de una vez por semana.

Uno de los descubrimientos más interesantes del trabajo es que esta asociación entre fritos y diabetes gestacional se encontró para los alimentos consumidos fuera de casa pero no para los fritos elaborados en el hogar. La razón posiblemente esté en la cantidad de veces que se reutiliza el aceite que es mucho mayor en los restaurantes que en el hogar.

Por otro lado, la razón metabólica que pudiera explicar la asociación entre fritos y diabetes gestacional aún no está demostrada pero los autores creen que puede deberse a la generación de subproductos nocivos durante el proceso de fritura que son asimilados por el metabolismo materno. Además de la oxidación e hidrogenación de los ácidos grasos está demostrado que el proceso de fritura aumenta significativamente el nivel de productos de glicación avanzada o PGA (e inglés AGE por Advanced Glycation End products) que son el resultado de la interacción glucosa-proteína o glucosa-lípido. Estos PGA se han relacionado sistemáticamente con el envejecimiento acelerado, con el desarrollo de resistencia a la insulina y diabetes y con posible daño pancreático y hepático (5).

Referencias:

1.- Medline Plus. “Diabetes Gestacional”. Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU. de los Institutos Nacionales de Salud. Disponible en: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/000896.htm

2.- Zhang C, Ning Y. Effect of dietary and lifestyle factors on the risk of gestational diabetes: review of epidemiologic evidence. Am J Clin Nutr, 2011; 94: 1975S–9.

3.- Guallar-Castillon, et al. Consumption of fried foods and risk of coronary heart disease: Spanish cohort of the European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition study. BMJ, 2012; 344: e363.

4.- Wei et al. Pre-pregnancy fried food consumption and the risk of gestational diabetes mellitus: a prospective cohort study. Diabetologia, Oct 2014. DOI 10.1007/s00125-014-3382-x

5.- Cai, et al. Oral advanced glycation endproducts (AGEs) promote insulin resistance and diabetes by depleting the antioxidant defenses AGE receptor-1 and sirtuin 1. Proc Natl Acad Sci USA,  2012; 109: 15888–93.

Noticia elaborada por Noemí López Ejeda (Asociada SEDCA) @LopezEjedaN en Twitter

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