Las bebidas alcohólicas en una dieta saludable… ¿son buenas o malas?

| Publicado por | Categorías: Nutrición y dietética
Pero empecemos por el principio… el alcohol puede estar presente en ciertas bebidas fermentadas (sidra, vino, cerveza) o destiladas (orujo, vodka, etc.) siendo siempre por sí mismo una substancia tóxica que nuestro organismo debe eliminar metabolizándolo adecuadamente…

Ciertamente, esta toxicidad siempre será un problema si hablamos de salud, pero es necesario tener en cuenta que diariamente todos nosotros ingerimos muchos tóxicos y que su efecto final sobre el organismo depende de numerosos factores como son la dosis, la fisiología del individuo, las posibles interacciones con otras substancias, etc. Así, ingerir ‘poco’ alcohol no tiene porqué ser un problema para un adulto y beber ‘mucho’ alcohol sí puede serlo. Y grave.

Pero… y las posibles ventajas, ¿dónde están? Aquí se produce una gran controversia ya que para numerosos científicos estos beneficios se derivan del alcohol per se y para muchos otros (cada vez más numerosos y con bien documentados estudios) son resultado de una mezcla entre el alcohol y otras substancias presentes en esas bebidas, concretamente en las fermentadas. Nos estamos refiriendo a los famosos antioxidantes que acompañan al alcohol en el vino, la cerveza y la sidra. Son entre otros el resveratrol, las catequinas y las humulonas de las que probablemente hayamos oído hablar.

En ese sentido, las bebidas fermentadas serían mejores siempre que los destilados que no tendrían ningún beneficio nutricional tras su ingesta ya que contienen poco más que alcohol. Las bebidas fermentadas pueden contener ciertas vitaminas y minerales, aunque en cantidades reducidas, además de esos antioxidantes.

Centrándonos en las bebidas fermentadas, su papel en la alimentación de los europeos en general y de los españoles en particular siempre ha sido destacado y su uso tradicional. Tanto que la FAO, cuando declaró a la dieta mediterránea como patrimonio inmaterial de la humanidad, ya incluyó a estas bebidas. Esto señala una característica ideal para lo que debería ser el consumo idóneo de estas bebidas: son bebidas sociales, no de bebedores solitarios. Se consumen acompañadas de alimentos. La sociedad ya reconocía en todas las épocas que el consumo excesivo era perjudicial y que había que tomarlas ‘sabiendo beber’.

Sin embargo, estas consideraciones no serían importantes si nos olvidáramos de valorar y tener en cuenta los posibles beneficios o perjuicios del consumo moderado y responsable, por parte de adultos sanos, de las bebidas fermentadas. Aunque previamente ya hemos introducido toda una serie de condicionantes ya que hoy en día nadie (ni científicos ni administraciones sanitarias ni siquiera los fabricantes de bebidas) entiende ni recomienda ingerir alcohol fuera de esas reglas de moderación y responsabilidad. Y aquí se incluye el evitar su consumo por parte de menores, mujeres gestantes o en lactancia, personas que conduzcan autos o desarrollen trabajos peligrosos, etc.

Beneficios y perjuicios

Durante mucho tiempo, casi todos los estudios realizados sobre los efectos del alcohol lo han sido sobre su consumo excesivo. Aquí no hay mucho que añadir ya que está perfectamente demostrado su efecto dañino en todas las edades y circunstancias. La gran duda surge de si consumos moderados, y habrá que definir qué es moderación, pueden aportar un beneficio al organismo que sea mejor que abstenerse de ellas. Y en efecto, se ha demostrado como en lo referente al riesgo cardiovascular consumos moderados pueden reducir la mortalidad por supuesto mucho más que si se ingiere excesivamente pero también si no se ingiere nada en absoluto (Foster and Marriot, 2006).

Es la denominada curva en ‘’”J” que señala este potencial beneficio de la ingesta moderada de bebidas fermentadas. Sin embargo, este beneficio no se puede hacer extensivo a otras patologías que no sean las cardiovasculares. Todo ello puede leerse en la ‘Opinión científica’ emitida al respecto por la Agencia europea de seguridad alimentaria (EFSA)

Perjuicios del alcohol… ingerido en exceso o inadecuadamente

Europa es la región  del mundo donde  más enfermedades se producen debido  a la ingesta de alcohol. En efecto, la Unión Europea es la región del mundo donde mayores cantidades de alcohol se ingieren: uno de cada cinco europeos  por encima de los 15 años ha indicado  haber realizado ingestas excesivas de alcohol (más de cinco bebidas ingeridas en una misma ocasión o 60 g de alcohol) al menos una vez por semana.  Éstas ingestas episódicas excesivas  se dan en todas las edades en toda Europa  y no sólo entre los más jóvenes.  

·         Cada año mueren en el mundo 3,3 millones de personas a consecuencia del consumo nocivo de alcohol, lo que representa un 5,9% de todas las defunciones.

·         El uso nocivo de alcohol es un factor causal en más de 200 enfermedades y trastornos.

·         Recientemente se han determinado relaciones causales entre el consumo excesivo y la incidencia de enfermedades infecciosas tales como la tuberculosis y el VIH/Sida.

·         Más allá de las consecuencias sanitarias, el consumo nocivo de alcohol provoca pérdidas sociales y económicas importantes, tanto para las personas como para la sociedad en su conjunto.

·         El consumo de alcohol por parte de una embarazada puede provocar síndrome alcohólico fetal y complicaciones prenatales. Una proporción importante de la carga de morbilidad y la mortalidad atribuibles al uso nocivo del alcohol corresponde a los traumatismos, sean o no intencionados, en particular los resultantes de accidentes de tránsito, actos de violencia y suicidios.

·         Los traumatismos mortales atribuibles al consumo de alcohol tienden a afectar a personas relativamente jóvenes.

Fuente de los datos: Informe Mundial de Situación sobre Alcohol y Salud 2014

Alcohol y cáncer

La ingesta de alcohol afecta de modo los diferentes a los hombres de las mujeres. Así, el riesgo de padecer cáncer de mama, especialmente cuando se diagnostica tras la menopausia, se incrementa con el consumo excesivo de alcohol. De hecho para cada unidad de bebida diaria ingerida parece un aumentar un 11% el riesgo de cáncer de mama en mujeres post menopáusicas. Aquellas mujeres que tengan un alto riesgo de padecer este tipo de cáncer, deberían considerar suspender la ingesta de cualquier tipo de bebida alcohólica. Ciertamente, las mujeres metabolizan el alcohol más despacio que los hombres, por lo cual el alcohol permanece en el torrente sanguíneo de la mujer durante más tiempo.

Asimismo, las mujeres tienen menos agua corporal que los hombres, por lo cual el alcohol se disuelve menos y permanece más concentrado en el organismo de las mujeres. Asimismo, las patologías hepáticas y otros problemas de salud vinculados al alcohol se desarrollan más deprisa en las mujeres que en los hombres aún ingiriendo la misma cantidad de bebidas alcohólicas. Incluso pequeñas cantidades de alcohol tienen cierto riesgo de incremento de cáncer, por lo cual para reducir el riesgo, la recomendación sería no ingerir alcohol en absoluto. Sin embargo si usted debe alcohol, lo que debe de hacer es limitar su ingesta a no más de dos unidades al día para los hombres y una para las mujeres (AICR).

La asociación para la investigación internacional sobre el cáncer (AICR),  acaba de publicar un estudio relativo al efecto de las recomendaciones de prevención  del cáncer que ella misma emitió hace un tiempo.  Así,  se ha comprobado como las mujeres post menopáusicas que siguen  al menos cinco  de las recomendaciones para la prevención del cáncer disminuyan  su riesgo de  padecer cáncer de mama más de la mitad  en comparación con aquellas mujeres que no siguieron  ninguna de las recomendaciones. 

En este estudio (publicado en la revista Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention),  las recomendaciones más eficaces para disminuir el riesgo de cáncer  fueron comer variedad de frutas y verduras y cereales integrales , mantener un peso saludable e ingerir no más de una bebida alcohólica al día.

Es muy difícil medir el papel de cada una de las recomendaciones independientemente unas de otras… sobre todo cuando en el estilo de vida mediterráneo se dan muchas de ellas juntas: comer fruta, verduras, legumbres, etc. Tal vez, las recomendaciones genéricas sobre ingesta de alcohol no pueden valorar específicamente su efecto en dosis moderadas cuando se sigue el patrón saludable mediterráneo rico en antioxidantes de todo tipo. De hecho, estudios como el Predimed han indicado cómo los bebedores de cerveza o de vino mantienen asimismo perfiles dietéticos y estilos de vida más saludables.

En efecto, seguir las recomendaciones sobre consumo de alcohol, según la autora del estudio,  reduciría un 37% el riesgo de padecer cáncer de mama. Dado que esta recomendaciones genéricas de la asociación  pará la investigación internacional del cáncer se desarrollaron para reducir la incidencia de todos  los tipos más comunes de cáncer en el mundo,  es lógico que no todas ellas pueden tener un impacto directo sobre cada  tipo específico de cáncer.

En otro estudio anterior, ya se pudo comprobar cómo seguir las recomendaciones indicadas producirían esa disminución del riesgo de cáncer de mama  además del de otros tipos de cáncer, bien es cierto que en estos casos la disminución del riesgo fue más modesta. Este trabajo, el estudio prospectivo europeo  de investigación sobre el cáncer (EPIC),  encontró que las mujeres que seguían cinco o más  de esta recomendaciones tenían un 16% menos de riesgo de padecer cáncer de mama  en comparación con aquellas que seguían  menos de tres.  Hay que señalar que un tercio de las mujeres de este estudio fueron premenopáusicas, ya que el estilo de vida juega un papel diferente en el cáncer de mama premenopáusico que en el que ocurre tras la menopausia.

Para la prevención del cáncer, la asociación  para la investigación internacional sobre el cáncer (AICR) recomienda  no beber en absoluto alcohol. Sin embargo, los expertos reconocen  que ingerir cantidades modestas de bebidas alcohólicas  puede tenerm como ya hemos dicho, un efecto protector sobre las patologías cardiovasculares.

¿Hay potenciales beneficios del consumo de vino, cerveza o sidra?

 El potencial beneficio parece derivarse del incremento  del colesterol HDL  así como de efectos  sobre la coagulación sanguínea. El papel de los antioxidantes contenidos en estas bebidas  aún se está investigando, pero lo cierto es que de tenerlo, estos antioxidantes también podrían obtenerse a partir de frutas  y verduras.

Hay que señalar que la práctica regular  de la actividad física es también otra vía para incrementar el colesterol  HDL y que la niacina (como medicamento)  puede ser una vitamina  que ayude de forma adicional. El alcohol y otros ingredientes de las bebidas fermentadas, como el resveratrol, podrían prevenir el incremento  de la agregabilidad plaquetaria con el consiguiente  menor riesgo de infarto. Actualmente, la asociación americana del corazón  (AHA) recomienda para disminuir el riesgo, reducir su colesterol sanguíneo, disminuir su presión arterial, controlar su peso, mantenerse activo y realizar una dieta saludable.

En cualquier caso, la investigación sobre los efectos fisiológicos de las bebidas fermentadas consumidas de forma moderada no está ni mucho menos concluida. Como es lógico, al no tratarse de medicamentos, el esfuerzo y la inversión investigadora ha sido bastante reducida hasta hace poco tiempo. Citemos que algunos ingredientes de estas bebidas podrían ser útiles reduciendo el riesgo de osteoporosis (gracias al silicio presente en la cerveza), reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer (el lúpulo) o incluso favoreciendo la recuperación del tejido cardíaco tras un infarto (incluso con bebidas sin alcohol).

¿Cual sería una dieta saludable?

Una dieta saludable sería la piedra angular de todas las recomendaciones para reducir el riesgo de padecer patologías cardiovasculares. Aunque hay diversidad de recomendaciones de diferentes organismos, todas son bastante coincidentes. Por ejemplo:

– La grasa saturada debe representar menos del 10% de todas las calorías diarias, reemplazándose por grasas insaturadas. Las grasas trans deberían reducirse al máximo posible, eliminándose incluso de los productos preparados y no superando nunca el 1% de la energía diaria.

– Menos de 5 g de sal al día

– Menos del 5% de las Kcal de la dieta diaria procedentes de azúcares de adición

– 30 – 45 g diarios de fibra procedentes de vegetales (verduras y hortalizas, frutas, cereales integrales y leguminosas)

– 200 g diarios de frutas

– 200 g diarios de hortalizas

– Pescado dos veces por semana, una de ellas de tipo azul

– Ingesta de bebidas alcohólicas reducida a un máximo de dos bebidas (20 g de alcohol) para los hombres y una para las mujeres (10 g de alcohol)

– Reducción del peso en caso de padecer sobrepeso

– Invertir entre 2,5 y 5 horas semanales en realizar actividad física de intensidad moderada o entre 1 y 2,5 horas de actividad intensa.

Curiosamente, la unidad estándar de alcohol en el Reino Unido es de 8 g.  Las directrices sobre consumo moderado señalarían en Inglaterra entre 24 y 32 gramos de alcohol al día  o menos para los hombres y entre 16 y 24  gramos al día o menos para las mujeres. Esto representaría entre tres y cuatro unidades para los hombres y entre dos y tres unidades para las mujeres. 

Recomendaciones para disminuir la ingesta de alcohol… sin dejar de beber

* Opte por los tamaños más pequeños de bebidas. Siempre que pueda dilúyalas con agua, agua con gas o hielo.

* Beba despacio, saboreando la bebida. Y acompáñese de comida.

* Alterne bebidas alcohólicas con otras no alcohólicas como zumo de tomate o zumos de frutas.

* Intente mantenerse alejado varios días a la semana de la ingesta de alcohol.

* Almacene en su frigorífico bebidas alternativas como agua con gas o diferentes zumos para evitar recurrir a las bebidas alcohólicas.

* Adquiera cerveza sin alcohol o vino sin alcohol

* Sea consciente de lo que debe y de las cantidades que ingiere

* Tenga cuidado en los restaurantes y en los negocios de hostelería donde es más sencillo ingerir mayores cantidades de alcohol que en el hogar

* No beba en absoluto si lo hace “para olvidar sus penas”, antes al contrario busque apoyo psicológico.

– Más información en:

http://www.aicr.org/assets/docs/pdf/brochures/facts-about-alcohol.pdf

En conclusión…

Si no le gusta beber o no lo ha hecho nunca, no empiece ahora. Pero si le gusta, no se olvide de que los posibles beneficios se derivan siempre de una ingesta que siga los patrones de la dieta mediterránea, moderada y responsablemente. Podemos definir la moderación como la ingesta de dos o tres cañas de cerveza para los varones (entre 17,5 y 26,5 g de alcohol) y una o dos para las mujeres (entre 8,5 y 17,5 g de alcohol). Y aprovechen la oportunidad de que las bebidas fermentadas están disponibles en sus versiones sin alcohol.

Otras consideraciones…

No tienen que ver con la salud, pero pueden tener su importancia. Por ejemplo, que el cultivo de la viña o de la cebada y del lúpulo en España son una parte esencial de la actividad y la economía agraria ocupando su cultivo miles de hectáreas. Si se abandonase su cultivo, el daño ecológico y medioambiental sería enorme.

Para saber más…

EFSA Panel on Dietetic Products, Nutrition, and Allergies (NDA); Scientific Opinion on establishing Food-Based Dietary Guidelines. EFSA Journal 2010; 8(3):1460. [42 pp.]. doi:10.2903/j.efsa.2010.1460. Available online: www.efsa.europa.eu

http://www.efsa.europa.eu/fr/efsajournal/doc/1460.pdf

Foster RK and Marriott HE, 2006. Alcohol consumption in the new millennium 2013; weighing up the risks and benefits for our health. Nutrition Bulletin, 31, 286-331.

Alcohol consumption in the new millennium – weighing up the risks and benefits for our health R. K. Foster and H. E. Marriott. British Nutrition Foundation, London, UK.

European Guidelines on cardiovascular disease prevention in clinical practice (version 2012). Downloaded from http://eurheartj.oxfordjournals.org/ by guest on August 19, 2014.

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