La lactancia materna es la forma ideal de aportar a los niños pequeños los nutrientes que necesitan para un crecimiento y desarrollo saludables. de ser factible, se recomienda lactancia exclusivamente materna durante los primeros 6 meses de vida.
Estudiando los efectos sobre la salud de la lactancia
El estudio europeo IDEFICS (1) ha revelado que la lactancia materna exclusiva entre los 4 y 6 primeros meses de vida podría proteger contra el sobrepeso en la infancia. Este estudio se ha llevado a cabo con 14.276 niños y niñas, de 2 a 9 años, en ocho países (Italia, Estonia, Chipre, Bélgica, Suecia, Hungría, Alemania y España).
En el mismo, se evaluaron distintos parámetros como el Índice de Masa Corporal, la relación de cintura/talla y el porcentaje de grasa corporal. También se recabó información sobre la duración de la lactancia materna además de otras variables como el sobrepeso materno, la educación materna, los ingresos del hogar y la familia.
El estudio señala que la composición de la leche materna puede cambiar de acuerdo con el período de lactancia y las necesidades del niño, lo que la diferencia de la leche de fórmula especial. Además, algunas hormonas como la insulina son segregadas de diferente forma durante la lactancia materna con respecto a la lactancia artificial. Otra posibilidad es que la leche materna puede modular la función del intestino y con ello la absorción y utilización de los nutrientes.
La lactancia materna, un factor protector
Los resultados de este estudio muestran que la lactancia materna exclusiva durante 4-6 meses fue un factor protector de sobrepeso y obesidad en comparación con los niños no alimentados exclusivamente con leche materna (OR = 0,73, IC del 95%: 0 · 63, 0,85). La lactancia materna exclusiva durante 6 meses ofrece un poco más de protección (OR = 0,71, IC del 95%: 0,58 a 0,85). No se demostró ningún beneficio de la lactancia materna exclusiva durante más de 6 meses.
Aunque algunos estudios anteriores (2) no han mostrado significancia y relación entre la lactancia y el sobrepeso en la niñez, la mayoría de los resultados sí son coincidentes con el presente estudio mostrando datos en los que los niños con normopeso habían tenido un tiempo medio de lactancia materna mayor que aquéllos con que presentaban sobrepeso y obesidad. Ya en 1999, el estudio de von Kriess (3) encontraba igualmente relación entre la forma de crianza y el sobrepeso y obesidad en la infantica y lo relacionada con la menor proporción protéica de la leche humana en relación con las fórmulas, lo que ocasiona menor ingestión de proteínas y menor influencia en el incremento ponderal.
Por otro lado, la diferente concentración de insulina plasmática en niños con lactancia artificial podría estimular el depósito de lípidos y el desarrollo más temprano de sus adipocitos.
La lactancia materna es la ideal
Aunque la cuestión no es del todo clara, estos resultados están de acuerdo con las actuales recomendaciones para la lactancia, ya que la OMS menciona que “la lactancia materna es la forma ideal de aportar a los niños pequeños los nutrientes que necesitan para un crecimiento y desarrollo saludables. (…) Se recomienda la lactancia exclusivamente materna durante los primeros 6 meses de vida. Después debe complementarse con otros alimentos hasta los dos años”
Para más información se puede consultar: http://www.who.int/features/factfiles/breastfeeding/facts/es/index.html
Referencias:
1. Hunsberger M, Lanfer A, Reeske A, Veidebaum T, Russo P, Hadjigeorgiou C, Moreno LA, Molnar D, De Henauw S, Lissner L, Eiben G. Infant feeding practices and prevalence of obesity in eight European countries – the IDEFICS study. Public Health Nutr. 2012 Aug 24:1-9
2. Feliciano LS, Matias V, Lapeña S, Fernández JE, Ardura J, Soga MJ, Remesal A, Marugán-Isabel V, Hernandez-Gonzalez N, Iglesias V, de Lejarazu RO, Bermejo-Martin JF. Breast feeding and early life immunomodulation. Pediatr Allergy Immunol. 2012 Sep 11
3. von Kries R, Koletzko B, Sauerwald T, von Mutius E, Barnert D, Grunert V, von Voss H. Breast feeding and obesity: cross sectional study. BMJ 1999; 319:147-50.