Europa sigue perdiendo la lucha contra las grasas trans

| Publicado por | Categorías: Actualidad, Estudios científicos, Nutrición y dietética

Un estudio recién publicado pone de manifiesto que muchos alimentos muy populares entre los consumidores europeos, aún poseen elevados contenidos de grasas trans. Sin embargo, unos pocos países han conseguido reducirlas considerablemente y la razón parece ser la promulgación de leyes que limitan a las empresas alimentarias la cantidad permitida de este tipo de grasas tan perjudiciales para la salud.

Un problema para la salud

Una dieta rica en ácidos grasos trans se asocia con un mayor riesgo de sufrir un accidente vascular ya que actúan disminuyendo la circulación sanguínea de lipoproteínas de alta densidad (HDL), aumentando las de baja densidad (LDL), hecho que favorece la rigidez arterial.

Este tipo de grasas las podemos encontrar de manera natural en la leche o la carne procedente de animales rumiantes (ternera, cordero, etc.) Sin embargo, en este tipo de alimentos se encuentran en muy baja cantidad lo que no constituiría un peligro para nuestra salud con un consumo moderado. El problema radica en que este tipo de grasas han aumentado mucho en nuestra alimentación como resultado del consumo de alimentos industriales procesados. En ellos, las grasas trans aparecen como resultado de la hidrogenación de aceites vegetales con la finalidad principal de hacer al producto más perdurable en el tiempo.

Actualmente podemos encontrar grasas trans en alimentos como las palomitas de maíz, galletas, bollería y pastelería, aperitivos, salsas, helados y alimentos precocinados como pizzas, croquetas, etc.

El estudio del carro de la compra

Hace pocos días se ha publicado en la revista British Medical Journal, una investigación a nivel europeo sobre la cantidad de grasas trans en este tipo de alimentos disponibles en las superficies comerciales. El estudio, titulado “market basket investigation”, lo ha llevado a cabo un equipo del Hospital Universitario de Copenhague en Dinamarca (1).

Según reportan los autores, en 2001, en este país se podía ingerir de 20 a 30g de grasas trans en una única comida constituida por palomitas, nugguets, patatas fritas y galletas. También añaden que de 10.000 a 50.000 daneses consumían este tipo de alimentos varias veces a la semana constituyendo un total de 5g al día por persona.

Por estos motivos, en 2003, Dinamarca fue el primer país europeo, siguiendo la estela de Canadá, en crear una legislación que regulara la cantidad permitida de grasas trans en los alimentos, permitiendo tan sólo un 2% del total de su composición. En 2009, Austria y Suiza copiaron esta iniciativa y en 2011 lo hicieron Islandia y Suecia. El resto de países o no han tomado medidas, o las iniciativas tomadas se reducen a etiquetar los productos y dar recomendaciones al respecto desde algún organismo relacionado con la salud pública.

iwc replica

Este estudio compara el contenido de grasas trans de determinados alimentos entre 2005 y 2009 para 16 países de la UE. Para las patatas fritas y los nuggets, los gramos que contienen de este tipo de grasa han disminuido en todos los países, sin embargo, en las palomitas y las galletas sólo las han rebajado en algunos países de la Europa occidental. Los investigadores incluso destacan que, para un mismo tipo de producto comprado en la misma cadena de comercios (ej. Carrefour), han encontrado muy diferente cantidad de grasas trans entre países del este y del oeste de Europa.

Los autores concluyen que la mayoría de la población europea depende aún de la voluntad de los fabricantes de alimentos para controlar este aspecto de su alimentación que tanta repercusión tiene sobre su salud particular y sobre la salud pública.

El caso de España

Nuestro país entra dentro de ese grupo europeo de riesgo al no tener una legislación que restrinja el contenido de grasas trans de los alimentos de nuestros comercios. Actualmente sólo tenemos consejos y no leyes, como son las Cantidades Diarias Recomendadas (CDR) o Cantidades Diarias Orientativas (CDO). Estas son determinadas por  organismos internacionales, como el Grupo EURODIET, de acuerdo a criterios científicos (2).

Por otro lado, si existe un Real Decreto (1334/1999 de 31 de Julio) conocido como “Norma general de etiquetado, presentación y publicidad de los productos alimenticios” que, desde esa fecha, obliga a detallar la composición de cada alimento. Previo a este, existía otro Real Decretp 930/1992 que regula el etiquetado sobre las propiedades nutritivas de los alimentos. Este se ha ido modificando hasta su versión final de 2008 la cual contempla la siguiente información (no aplicable a todos los productos):

–    Valor energético total o relativo.

–    Cantidad de proteínas, hidratos de carbono, azúcares, grasas, ácidos saturados, fibra alimentaria y sodio.

Para mas información se puede visitar la web de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) (3).

Según esto, si bien los comerciantes están obligados a decirnos la cantidad de grasas saturadas de sus productos, su etiquetado puede no llevar el contenido en grasas trans, de hecho, son muy pocos los productos que lo detallan y, generalmente, son los que lo hacen son de origen extranjero. A este respecto, la Estrategia NAOS (Nutrición, Actividad Física y prevención de la Obesidad), impulsada por el entonces Ministerio de Sanidad y Consumo, ha hecho un llamamiento a la industria alimentaria y a las empresas de restauración para que disminuyan los niveles de ácidos grasos trans en sus productos, atendiendo a la buena voluntad de estos.

Debemos destacar, sin embargo, que en el Reglamento 1169/2011 publicado en Octubre de 2011 sobre la información alimentaria facilitada al consumidor, se expresa lo siguiente:

“En relación con los ácidos grasos trans, la Comisión Europea preparará un informe, en el plazo de 3 años, que podrá acompañarse de una propuesta legislativa”

Resumiendo, en España aún nos queda mucho por hacer. Deberemos esperar dos años para saber si se hará una ley y, en ese caso, si dicha legislación sólo contemplará que aparezcan obligatoriamente el contenido en grasas trans en las etiquetas o si por el contrario, siguiendo la estela de nuestros vecinos europeos, se restringirá su contenido real en los alimentos.

Referencias:

1. Stender S, Astrup A, Dyerber J. A trans European Union difference in the decline in trans fatty acids in popular foods: a market basket investigation. BMJ. 2012. Open 2012;2:e000859. doi:10.1136 / bmjopen-2012-000859.

2. EURODIET (2001) Nutrition & Diet for Healthy Lifestyles in Europe. Core Report. 

http://ec.europa.eu/health/archive/ph_determinants/life_style/nutrition/report01_en.pdf

3. Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno de España.

http://www.aesan.msc.es/AESAN/web/cadena_alimentaria/detalle/norma_general_etiquetado.shtml

Autora del texto: Dña. Noemí López-Ejeda (Asociada SEDCA) @LopezEjedaN

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