Alberto, un nutricionista español en Ecuador: crónica de un proyecto de cooperación

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Mi nombre es Alberto Martínez Martínez y soy dietista-nutricionista graduado por la Universidad de Valencia. Los pasados meses de Enero, Febrero y Marzo tuve la oportunidad de realizar un trabajo voluntario como nutricionista en Ecuador de la mano de la organización AISE (Asociación internacional de sanitarios en España).

El voluntariado lo realicé en una ciudad llamada El Empalme, en la provincia de Guayas. Lugar dónde el socio local de AISE, que en el caso de este proyecto se trataba del ayuntamiento de El Empalme, me acogió muy bien.En mi voluntariado hubo dos fases diferentes de trabajo de aproximadamente un mes cada una. En la primera estuve como único voluntario en cooperación con el socio local y realizando mi trabajo en conjunto con diferentes instituciones de la ciudad. En la segunda fase participé en brigadas médicas junto con otro grupo de voluntarios españoles de diferentes ramas sanitarias.

En la primera fase, realicé mi trabajo como nutricionista en las instituciones de la ciudad con apoyo del ayuntamiento de El empalme. Al principio fueron unos días de organización y de establecer cuales iban a ser mis funciones con las diferentes instituciones, además de en cuáles iba a poder trabajar. Yo era el primer nutricionista que participaba en el proyecto y tuve que proponer actividades para realizar y organizar mi propio itinerario de trabajo. 

Tras las reuniones mantenidas con los directores de los centros relacionados con la salud de la ciudad comencé a trabajar con ellos. Principalmente trabajé realizando charlas de educación nutricional y alimentación saludable y equilibrada en lugares como: El centro de baile, arte y cultura de jubilados, el grupo municipal de baile infantil, grupo municipal infantil de deportes, en el propio ayuntamiento para todos los funcionarios. También hice charlas en el catering que cubría todos los centros infantiles de la ciudad sobre cómo es una alimentación saludable en los comedores escolares y cuáles son los buenos hábitos de higiene alimentaria. Además de que trabajé diariamente en el centro de salud municipal pasando consulta de nutrición individual a pacientes que los médicos y sanitarios del centro me mandaban. Pacientes de todo tipo de trastornos como desnutrición infantil, obesidad extrema, niños con bajo peso, diabetes, anemias, exceso de colesterol, pacientes desinformados en alimentación de bebés, lactancia o embarazo.

… había pacientes con todo tipo de trastornos: desnutrición infantil, obesidad extrema, niños con bajo peso, diabetes, anemias, exceso de colesterol, pacientes desinformados en alimentación de bebés, lactancia o embarazo…

En la segunda fase, participé en brigadas médicas organizadas por AISE junto con otro grupo de voluntarios. En este caso trabajamos juntos en un equipo multidisciplinar de médicos, enfermeros, nutricionistas y farmacéuticos. Trabajamos durante un mes en diferentes lugares de la ciudad y en diferentes comunidades del área rural. Nuestro trabajo consistía principalmente en realizar charlas de promoción de la salud, educación nutricional y dieta saludable, consumo responsable de alcohol, educación en las principales enfermedades como HTA o diabetes, educación en higiene corporal y alimentaria, y educación en enfermedades de transmisión sexual. Además también hacíamos consultas privadas a personas que lo necesitaban y en mi caso a personas que necesitaban atención nutricional. 

Muchos de los pacientes solo acudían a nuestras brigadas con la intención de recibir medicación gratuita, vitaminas o suplementos alimenticios, que sí repartíamos tras la valoración médica a los pacientes que sí necesitaban, pero no era la principal misión de las brigadas. En muchas ocasiones nos encontramos con la dificultad de cambiar el pensamiento de los pacientes de que no es bueno un consumo excesivo de fármacos si no se necesita o de que la mejor fuente de vitaminas se consigue llevando una alimentación saludable y equilibrada.

Fue una experiencia muy buena donde formé parte de un equipo multidisciplinar y que me permitió aprender que el dietista-nutricionista tiene mucho por hacer en el ámbito de la educación alimentaria en cooperación, aunque también es verdad que esa es la parte más difícil ya que, cambiar hábitos y costumbres de personas que, en muchos casos, no tienen conciencia de que la base de la salud es el estilo de vida, que creen que la solución la mayoría de veces es tomar vitaminas y fármacos en situaciones innecesarias o que no tienen los recursos suficientes durante todas las épocas del año para alimentarse correctamente, puede ser una tarea muy lenta que necesita un trabajo continuado en esa población.

El dietista-nutricionista tiene mucho por hacer en el ámbito de la educación alimentaria en cooperación, aunque también es verdad que esa es la parte más difícil…

En toda mi estancia de trabajo pude constatar que la dieta en esta región de Ecuador es muy muy monótona, muy rica en hidratos de carbono, principalmente arroz, verde (la variedad de plátano macho) o la yuca. Se comen muy pocas verduras y hortalizas además de que se bebe mucha cantidad de zumos o refrescos con azúcar. La principal fuente proteica es el pollo y se cree que el huevo debe de evitarse. En cuanto a grasas se consumen en exceso y de mala calidad, es muy común la utilización del aceite de palma, aceites poliinsaturados fritos o la manteca de cerdo.

 Casi diariamente se come lo mismo, hay muy poca variedad en la alimentación, se desayuna, almuerza y cena lo mismo en muchos casos, además en la zona es muy común consumir alimentos en puestos de alimentación de la calle donde abundan los alimentos fritos y con conservación dudosa. Por supuesto que en muchos casos, esa poca variedad en la alimentación, ocurre por falta de recursos económicos o por importantes problemas sociales, pero observé que en otros casos era una cuestión puramente cultural o educacional.

También vi que otro tipo de factores podrían influir a ello, por ejemplo: el factor local, la zona de El empalme es una región de costa tropical donde muchas verduras, legumbres y cereales vienen de la zona serrana de los Andes, por tanto los precios aumentan y no siempre hay disponibilidad; también influye el factor económico de la zona, en gran cantidad de ocasiones los precios de los alimentos en el mercado son más caros que en España y el sueldo mínimo es tres veces menor; el factor del clima, la sociedad local, sobre todo la que vive en zonas rurales con poco acceso a supermercados, tiene mayor acceso a alimentos que se producen en la zona estacionalmente como son el verde, la yuca, el arroz y el pollo; y por supuesto el factor cultural también influye.

A veces sentía que las personas no tenían interés en mejorar su salud o en esforzarse para mejorar su salud, pero otras veces tenían problemas de salud por falta de información en mejorarla, es ahí donde mi trabajo causaba efecto.

El trabajo más útil que en mi opinión he realizado, es enfatizar en la educación nutricional y de salud, aunque observé que a veces puede ser muy frustrante y que muchos pacientes no creen que la alimentación es importante para la mejora de la salud, a muchos otros sí se le proporciona información que aprovechan, consiguiendo que entiendan que la nutrición es una herramienta muy útil para mejorar nuestra calidad de vida, está en nuestras manos utilizarla para poder mejorar nuestra salud.

Para mucha gente, la información que se le proporciona es provechosa. Se consigue que entiendan que la nutrición es una herramienta muy útil para mejorar su calidad de vida y que está en sus manos utilizarla para poder mejorar la salud.

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