El licopeno, un buen aliado para disminuir el riesgo de padecer ciertas enfermedades

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El licopeno es un pigmento vegetal que da la característica coloración rojiza de algunas frutas y verduras rojas como: pimiento rojo, rábano, pomelo rosado, papaya, sandía, col roja, granada… Aunque el alimento estrella conocido por su alto contenido en licopeno, como bien sabemos, es el tomate.

Este pigmento es un potente antioxidante natural con grandes beneficios para el organismo si lo introducimos de forma continuada en nuestra dieta. Pertenece a un subgrupo mayor: los carotenoides tetraterpénicos, junto a los betacarotenos; conocidos por dar el color anaranjado a alimentos como la zanahoria y la calabaza (1). El licopeno puede sintetizarse por plantas y bacterias autotróficas pero no por los humanos, lo que hace su ingestión más importante todavía. (2)

Entre los múltiples beneficios que se han descubierto de este pigmento encontramos: antioxidante, antiinflamatorio, preventivo frente a algunos cánceres, quimioterapeútico, reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, previene frente a enfermedades neurodegenerativas… (1,2,3) Aunque desgraciadamente algunos estudios consideran que su consumo únicamente a través de la dieta no es suficiente para disfrutar de todos sus efectos positivos. (3)

La ingesta media diaria de licopeno se estima que es entre 3 y 7mg/día  aunque hay grandes diferencias entre estudios y no existe una recomendación de ingesta establecida.(3)

Biodisponibilidad del licopeno y formas de consumirlo

Es importante tener en cuenta que la forma en que lo consumamos va a influir notablemente tanto en la biodisponibilidad del licopeno como en la bioaccesibilidad y bioactividad en el organismo tras su consumo. Esta sustancia a diferencia de la mayoría de los antioxidantes, se absorbe mejor tras procesarse mediante cocción, exprimido… Es decir, el zumo de tomate o el tomate cocido permite una mayor asimilación del licopeno que el tomate crudo.

El licopeno se encuentra ligado en su forma trans a la matriz del alimento, y es por ello que se dificulta su liberación y se convierte en menos susceptible de ser absorbido por el organismo. Una gran parte del licopeno que consumimos se excretará y no hay un pico en plasma de licopeno tras una abundante ingestión de tomate por ejemplo. En cambio, tras un consumo prolongado, en tan sólo 5 días se ha visto que  aumenta notablemente su concentración en plasma, y por consiguiente su actividad.

Si sometemos el alimento a calor, se romperán las paredes celulares y se debilitará la fuerte unión entre el licopeno y la matriz. Además el licopeno pasará de estar en su forma trans a su forma cis mejorando su biodisponibilidad. (4)

Cabe destacar que el licopeno es un pigmento liposoluble, por lo que añadir aceite en su preparación ayudará a que se solubilice y absorba mejor. Se recomienda preferiblemente aceite de oliva. (2,4) Una salsa de tomate o tomate frito casero potenciará el efecto del licopeno ya que además de cocinarse, se emplea aceite de oliva en su preparación.

Por último, ser consumido junto a otros antioxidantes ayuda a que se potencie el efecto como es el caso de la vitamina E y la vitamina C. (5) Un buen plato de verduras variadas es una muy buena opción para incluir alimentos como el tomate o el pimiento rojo y aumentar la efectividad del licopeno.

No debemos olvidar que la especie de tomate y el grado de madurez pueden influir en la cantidad de licopeno que contenga. Un claro ejemplo es el tomate de pera que contiene hasta 10 veces más cantidad de licopeno que el tomate normal de ensalada. El tomate de ensalada contiene unos 4 mg de licopeno pero si obtenemos tomate frito, aumenta hasta 20-25mg  porque se libera.

Beneficios del licopeno

Licopeno y envejecimiento:

El estrés oxidativo continuado puede contribuir a la depleción de los niveles celulares de licopeno hasta agotarlos. Es más, teniendo en cuenta que en el proceso de envejecimiento se produce una mayor oxidación en el organismo y una disminución de los sistemas antioxidantes, se ha comprobado como disminuye progresivamente el licopeno a medida que aumenta la edad. (6) Tomar diariamente un suplemento de licopeno, por ejemplo, en forma de un zumo natural de tomate, se ha visto que contribuye a disminuir problemas asociados a la edad como: mayor riesgo de fracturas, osteoporosis, mejora la función pulmonar, retrasa el envejecimiento de la piel y mejora la capacidad física global del anciano. (1)

Pese a sus evidentes efectos antioxidantes, debe tenerse en cuenta que tanto el estrés oxidativo continuado como la hiperactividad de las enzimas endógenas encargadas de la formación de especies reactivas de oxígeno de oxígeno y nitrógenos, pueden agotar las reservas de licopeno en células y tejidos humanos. Además, en su degradación, el licopeno se transforma de forma irreversible en metabolitos oxidativos (1).

Licopeno, colesterol e hígado graso:

Diversos estudios han demostrado que tomar un zumo de tomate natural al día se asocia con una disminución de parámetros sanguíneos lipídicos como los triglicéridos y el colesterol LDL en suero y el colesterol hepático.(7) Gracias a la disminución de estos valores, el cociente LDL-c/ HDL-c disminuye, y recordemos que es un importante marcador aterogénico. A mayor valor de este cociente, mayor riesgo de ateroesclerosis. (7) Este beneficio se debe al licopeno del tomate además de: a las saponinas, el esculeósido A y otros fitoquímicos contenidos.

Por otro lado, el consumo de zumo de tomate diario, se ha comprobado que aumenta el metabolismo lipídico y disminuye la acumulación de los mismos. Este efecto se debe a que induce la sobreexpresión de genes relacionados con la oxidación de las grasas.  Gracias a esta función, se relaciona con la prevención de esteatosis hepática más conocida como hígado graso. (8)

Es interesante destacar que un estudio PREDIMED de 2015 realizó un estudio similar en el que adicionaba un chorro de aceite de oliva al zumo de tomate suplementado. Como resultado hubo una relación directa entre el aumento de los metabolitos del licopeno en plasma y la disminución del colesterol LDL y colesterol total. (9)

Licopeno y enfermedad cardiovascular:

Respecto a la relación entre el licopeno y la prevención de enfermedades cardiovasculares, los estudios son totalmente contundentes. Existe una fuerte asociación inversa entre el consumo de licopeno y el infarto de miocardio, la insuficiencia coronaria y la angina de pecho. Otros autores afirman que también con la ateroesclerosis y los accidentes cerebrovasculares. (1) La mayor controversia se encuentra en el efecto del licopeno en la progresión de la enfermedad cardiovascular. Aún así, los estudios actuales confirman que un bajo nivel plasmático de licopeno y otros carotenoides se relacionan directamente con un aumento de mortalidad por cualquier causa. (10)

El licopeno previene de la enfermedad cardiovascular por múltiples factores entre los que encontramos: su actuación frente al estrés oxidativo, su potencial antiinflamatorio, la mejora de la función endotelial, mejor control de la presión arterial y las propiedades mencionadas en el apartado anterior sobre su influencia en los lípidos sanguíneos. (11) En el caso de que disminuya la presión arterial, los resultados aún no son del todo claros pero algunos afirman que puede disminuir la presión arterial sistólica de forma significativa si se toman diariamente 12mg de licopeno al menos. (12)

Licopeno y cáncer:

El licopeno es uno de los carotenoides más efectivo en la prevención frente al cáncer y uno de los antioxidantes más efectivos. Varias líneas de investigación concluyeron que supera a los alfa y beta-carotenos en su capacidad de inhibir la proliferación de líneas celulares tumorales. Es más, en un seguimiento de un grupo de población suplementado con licopeno, se comprobó que se retrasaba el desarrollo del tumor notablemente (13).

Se ha visto la posibilidad de que sea capaz de prevenir o retrasar la aparición de cánceres como el de mama, de próstata o de ovario en mujeres postmenopaúsicas. 

Un estudio del J Natl Cancer Inst investigó acerca de la frecuencia de consumo de alimentos en una cohorte de 47.894 sujetos, obteniendo como resultado que tomar al menos 10 raciones de tomate a la semana disminuía en un 35% el riesgo de cáncer de próstata y que estos hallazgos eran aún más fuertes en caso de padecer ya la enfermedad avanzada. Otras investigaciones sugieren que previene frente al cáncer de mama incluso triple negativo. (14)

Otros beneficios:

Se ha demostrado también su relación con la prevención frente a la degeneración macular, primera causa de ceguera a partir de los 65 años. Respecto a la osteoporosis se han encontrado algunos hallazgos en la disminución de la resorción ósea. Un estudio publicado en `Journal of Bone and Mineral Research´, demostraba como a mayor consumo de licopeno, menor riesgo de fractura de cadera y fractura no vertebral. (15)

Como conclusión final, existen numerosos estudios de investigación que avalan los beneficios del licopeno en cantidades que se pueden alcanzar mediante la alimentación, algunos de ellos tan solo tomando una ración de tomate triturado al día. En cambio, otros de sus efectos positivos desgraciadamente no se consiguen fácilmente de forma natural debido a las altas dosis exigidas. Aun así, son necesarias nuevas investigaciones en la mayoría de sus ámbitos de acción que corroboren algunas de sus propiedades que aún no están demostradas en humanos o para las cuales existe controversia.



Referencias bibliográficas

1.       Petyaev, I. M. (2016). Lycopene Deficiency in Ageing and Cardiovascular Disease. Oxidative Medicine and Cellular Longevity; 2016, 3218605. http://doi.org/10.1155/2016/3218605

2.       Gajowik A, Dobrzyńska MM (2014). Lycopene antioxidant with radioprotective and anticancer properties. a review. Rocz Panstw Zakl Hig; 65(4):263-271

3.       EFSA. “Use of lycopene as a food colour” The EFSA Journal (2008) 674, 1-66

4.       Cruz Bojórquer, R.M; González Gallego, J; Sánchez Collado, P. (2013). Propiedades funcionales y beneficios para la salud del licopeno. Nutr Hosp;28(1):6-15

5.       Waliszewski K, Blasco G. Propiedades nutracéuticas del licopeno.Salud Pública Mex 2010; 52: 254-265

6.       Semba R. D., Patel K. V., Ferrucci L., et al.(2010) Serum antioxidants and inflammation predict red cell distribution width in older women: the Women’s Health and Aging Study. Clinical Nutrition;29(5):600–604. doi: 10.1016/j.clnu.2010.03.001

7.       Lee, L.-C., Wei, L., Huang, W.-C., Hsu, Y.-J., Chen, Y.-M., & Huang, C.-C. (2015). Hypolipidemic Effect of Tomato Juice in Hamsters in High Cholesterol Diet-Induced Hyperlipidemia. Nutrients, 7(12), 10525–10537

8.       Martín-Pozuelo, G., Navarro-González, I., González-Barrio, R., Santaella, M., García-Alonso, J., Hidalgo, N. Periago, M. J. (2014). The effect of tomato juice supplementation on biomarkers and gene expression related to lipid metabolism in rats with induced hepatic steatosis. European Journal of Nutrition, 54(6), 933–944

9.       Arranz S, Martinez-Huélamo M, Vallverdu-Queralt A, et al.(2015. Influence of olive oil on carotenoid absorption from tomato juice and effects on postprandial lipemia. Food Chem;168:203-10

10.   Shardell M. D., Alley D. E., Hicks G. E., et al. Low-serum carotenoid concentrations and carotenoid interactions predict mortality in US adults: the Third National Health and Nutrition Examination Survey. Nutrition Research. 2011;31(3):178–189. doi: 10.1016/j.nutres.2011.03.003. [PMC free article] [PubMed] [Cross Ref]

11.   Burton-Freeman, B. M., & Sesso, H. D. (2014). Whole Food versus Supplement: Comparing the Clinical Evidence of Tomato Intake and Lycopene Supplementation on Cardiovascular Risk Factors. Advances in Nutrition, 5(5), 457–485. http://doi.org/10.3945/an.114.005231

12.   Li, X., & Xu, J. (2013). Lycopene Supplement and Blood Pressure: An Updated Meta-Analysis of Intervention Trials. Nutrients, 5(9), 3696–3712. http://doi.org/10.3390/nu5093696

13.   Agarwal, S., & Rao, A. V. (2000). Tomato lycopene and its role in human health and chronic diseases. CMAJ: Canadian Medical Association Journal, 163(6), 739–744.

14.    Takeshima, M., Ono, M., Higuchi, T., Chen, C., Hara, T., & Nakano, S. (2014). Anti-proliferative and apoptosis-inducing activity of lycopene against three subtypes of human breast cancer cell lines. Cancer Science, 105(3), 252–257. http://doi.org/10.1111/cas.12349

15.   Li, X., & Xu, J. (2013). Lycopene Supplement and Blood Pressure: An Updated Meta-Analysis of Intervention Trials. Nutrients, 5(9), 3696–3712. http://doi.org/10.3390/nu5093696

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